Camagüey, Cuba, 23 de marzo (PL) – El voleibol femenino cubano ha visto un nuevo amanecer con la consagración de Pinar del Río como campeonas nacionales. Las jugadoras del equipo mostraron su dominio en la final disputada hoy, donde barreron a las representantes de La Habana con contundentes parciales de 25-16, 25-22, y 25-14. Este triunfo no solo les otorga el título de campeonas, sino que también refleja un arduo trabajo y preparación a lo largo del torneo, en el cual solo perdieron un set en seis partidos. La victoria es un testimonio del potencial del voleibol en la provincia más occidental de Cuba.
El desempeño de las jugadoras de Pinar del Río durante la final fue sencillamente sobresaliente. La ofensiva del equipo, liderada por jugadoras como Martha García y Lisbeysis Hernández, demostró eficacia y coordinación en la cancha. Hernández, en particular, dejó una huella imborrable al ser seleccionada como la Jugadora Más Valiosa del torneo por su actuación estelar. Las imprecisiones del equipo habanero fueron evidentes y permitieron que Pinar del Río se estableciera con claridad como el favorito al título.
El torneo también contó con un enfrentamiento significativo por el tercer lugar, donde Cienfuegos se enfrentó a Granma, logrando repetir su actuación del año anterior. Cienfuegos se llevó la medalla de bronce tras vencer a Granma con parciales de 25-13, 25-15, y 25-19, consolidándose así como una de las provincias más firmes en el esquema del voleibol femenino cubano. Este resultado es un claro indicativo de la consistencia que ha logrado mantener Cienfuegos en el ámbito del deporte nacional.
Sin embargo, la competencia también expuso las debilidades del voleibol femenino cubano. Las carencias técnicas observadas durante el torneo constituyen un llamado a la reflexión para los directivos y entrenadores del deporte en el país. La necesidad de desarrollar estrategias efectivas que fortalezcan el nivel de los jugadores de reserva resulta imperativa, sobre todo en vista de los compromisos internacionales que se avecinan. Esto incluye la evaluación de la influencia de los jugadores contratados en el extranjero por parte de la Federación Cubana.
Lamentablemente, el torneo no fue favorable para el equipo anfitrión, Camagüey, que llegó a la competencia como el campeón defensor del título. Su actuación fue decepcionante, finalizando en el último lugar después de perder ante Santiago de Cuba. Este resultado resalta la necesidad de un renovado enfoque en la preparación y el desarrollo de habilidades de los jugadores para evitar inconsistencias futuras. Con la clausura del torneo, el voleibol femenino cubano se prepara para enfrentar nuevos retos, ya que las diversas selecciones nacionales inician su entrenamiento hacia competencias internacionales.