La reciente toma de control de Donald Trump sobre el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas ha desatado una ola de protestas entre artistas y miembros de la institución. La semana pasada, Trump purgó la junta directiva de la fundación de artes, eliminando a aquellos designados por el expresidente Joe Biden. Con la instalación de leales a Trump en la nueva junta, se destituyó a la presidenta del centro, Deborah Rutter, y se nombró a Trump como presidente. Además, Richard Grenell, quien fue embajador en Alemania durante la administración de Trump, asumió el cargo de presidente interino, lo que generó incertidumbre y descontento en la comunidad artística.
La repercusión de estas decisiones ha sido inmediata. La creadora y estrella de la serie Insecure, Issa Rae, fue una de las primeras en reaccionar al anuncio. A través de su historia de Instagram, Rae anunció la cancelación de su espectáculo único, «Una Noche con Issa Rae», programado para marzo en el Kennedy Center. En su mensaje, explicó que su decisión se debió a lo que consideró una infracción a los valores fundamentales de la institución, que ha sido un pilar en la celebración de la diversidad artística en Estados Unidos. Rae enfatizó su compromiso con el respeto y la inclusión en el arte, lo que la llevó a desvincularse del centro.
La soprano de renombre internacional, Reneé Fleming, también se hizo eco del descontento y anunció su renuncia al cargo de asesora artística en el Kennedy Center. Aunque su declaración no mencionó directamente a Trump, se centró en expresar su aprecio por el trabajo del anterior presidente de la junta, David M Rubenstein, y la destituida presidenta Rutter. Fleming destacó que el apoyo bipartidista había sido esencial para el Kennedy Center, describiéndolo como un faro de lo mejor de América. Su renuncia resalta la preocupación entre los artistas sobre la dirección política que podría tomar la institución bajo el nuevo liderazgo.
En la misma línea, la exitosa creadora de las series Scandal y Grey’s Anatomy, Shonda Rhimes, también decidió renunciar a su cargo como tesorera del centro. Su decisión se suma a la de otros artistas influyentes que se están alejando de la institución en respuesta a los cambios en la administración. Igualmente, el cantautor Ben Folds anunció su renuncia como asesor artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional, expresando que no podía continuar en una organización que ha tomado un rumbo que no resuena con sus valores personales y profesionales. La comunidad artística está claramente reaccionando con descontento a la nueva administración.
Donald Trump, al ser cuestionado sobre su motivación para asumir la presidencia del Kennedy Center, argumentó que la institución no necesitaba un «despertar» y criticó la calidad de algunos espectáculos. Sin embargo, su falta de familiaridad con las producciones que alberga el centro ha generado aún más controversia, dado que admitió no haber visto ninguno de los shows que criticaría. Esta desconexión con el mundo del arte y el espectáculo ha alimentado el descontento de artistas que ven al Kennedy Center como un símbolo de creatividad y diversidad que ahora se encuentra amenazado por una dirección política polarizadora.