En el vasto universo de la narrativa de suspenso y terror, la figura de Edgar Wallace a menudo se encuentra inexplicablemente en las sombras, opacada por gigantes como Alfred Hitchcock y Stephen King. Si bien estas dos figuras han redefinido el género de maneras radicales, es esencial recordar que antes de ellos, Wallace había establecido un camino muy influyente en la literatura y el cine. Este autor británico/irlandés no solo creó un sinnúmero de historias que mantenían al lector al borde del asiento, sino que también fue pionero en la construcción de tramas complejas que abordaban el crimen y el misterio antes de que el término ‘thriller’ se popularizara. Su legado es crucial no solo para la literatura, sino también para el séptimo arte, donde sus aportaciones siguen resonando a través del tiempo, en especial por su implicación en la creación del icónico King Kong.
Richard Horatio Edgar Wallace, nacido en Londres en 1875, tuvo un comienzo de vida marcado por la adversidad, siendo el hijo ilegítimo de una actriz de teatro. Esa infancia problemática le sirvió, de alguna manera, como inspiración para sus obras que a menudo giraban en torno a zonas oscuras de la sociedad. Tras abandonar la escuela a una edad temprana y desempeñar diversos empleos, su experiencia en el campo del periodismo, como corresponsal de guerra, forjó su habilidad para narrar historias impactantes que atrapaban a su audiencia. Su redacción veloz y su prolífica carrera, que abarcó más de 170 novelas, 18 obras de teatro y cerca de mil relatos cortos, lo colocaron como uno de los autores más vendidos de su tiempo, con unas ventas extremadamente significativas que han sido olvidadas en gran medida por el presente.
Wallace no solo enfocó su talento literario en la creación de tramas emocionantes, sino que también integró elementos realistas en sus historias, gracias a su conocimiento del criminal y su interacción con la sociedad de su época. Su obra «The Four Just Men» (1905) marcó un hito en la narrativa criminal, destacándose por la complejidad de sus personajes y la intriga de sus tramas. Su estilo dinámico no solo convirtió a sus libros en bestsellers, sino que también sentó las bases de lo que hoy conocemos como thrillers modernos. Con su visión única, abrió las puertas a futuros escritores y cineastas que continuaron explorando el crimen y el misterio de maneras innovadoras.
Edgar Wallace dejó una huella imborrable en el mundo del cine, particularmente por su colaboración con RKO Pictures en la creación de un guion que se transformaría en King Kong, un clásico que ha perdurado en la historia del cine. Su trabajo en este proyecto, aunque no llegó a ser reconocido en su tiempo debido a su muerte prematura en 1932, fue fundamental en la estructuración de la narrativa y los personajes que hicieron de King Kong un hito cultural. La capacidad de Wallace para entrelazar el terror y el suspenso con giros narrativos sorprendentes continúa influyendo a cineastas contemporáneos, resaltando la importancia de su legado una y otra vez.
A pesar de su importancia, el nombre de Edgar Wallace ha sido relegado al olvido en gran parte del mundo, con una única excepción en Alemania, donde sus obras siguen siendo populares. A medida que este 2023 se conmemoran 150 años de su nacimiento, es el momento adecuado para replantear su influencia en el género del thriller y el cine. Las obras de Wallace, que ahora se encuentran en dominio público, brindan una oportunidad dorada para que nuevas generaciones descubran a este autor visionario. La historia merece recordar y valorar a Edgar Wallace, un pionero cuyas narrativas reponen el encuentro entre lo humano y lo monstruoso, estableciendo las bases para el Rey de los Monstruos en el mundo del entretenimiento.