La Procuraduría General de la Nación ha impuesto sanciones severas a un grupo de militares del Batallón de Infantería No. 13, General Custodio García Rovira, tras un trágico incidente ocurrido durante un operativo militar en el municipio de Chitagá, Norte de Santander. En un fallo de primera instancia, se destituyó e inhabilitó por 15 años al cabo primero Daniel Yovany Gaviria Escobar y a los exsoldados profesionales Hamilton Estiben Cortés Baquero, José David López Viloria y Jimmy Rafael Trejo Leguía, debido a la muerte injustificada de un civil desarmado durante un allanamiento en la finca Vista Hermosa.
Los hechos ocurrieron en el marco de la operación ‘Metis’, que tenía como objetivo la captura de presuntos actores del conflicto armado. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando los militares dispararon contra un ciudadano que, en ese momento, se encontraba desayunando con sus familiares y no portaba ningún tipo de arma. Esta acción no solo resultó en la pérdida de una vida, sino que también puso en riesgo la seguridad de menores de edad presentes en la escena, quienes son considerados personas protegidas bajo el derecho internacional humanitario.
Con base en los informes presentados, la Procuraduría determinó que los soldados actuaron en plena desconsideración por la vida y la integridad de los civiles, violando los principios fundamentales de distinción y protección estipulados en el derecho de la guerra. Este tipo de conducta, catalogada como falta gravísima, ha generado una gran preocupación sobre la imagen del Ejército Nacional y la confianza de la ciudadanía en sus fuerzas armadas, sobre todo en un país que ha luchado arduamente contra violaciones de derechos humanos a lo largo de su historia.
El Ministerio Público subrayó la necesidad de que los miembros de las fuerzas armadas actúen de manera responsable y respeten los derechos humanos en todas las operaciones. La decisión de la Procuraduría es un llamado a todos los integrantes del Ejército para que sean conscientes de la gravedad de sus acciones y de las repercusiones que estas pueden tener en la vida de los ciudadanos. Este incidente se suma a otros casos que han puesto en tela de juicio el comportamiento de las fuerzas militares en situaciones de conflicto.
El fallo emitido es de primera instancia, lo que significa que puede ser apelado ante la Sala Disciplinaria Ordinaria de Juzgamiento. La decisión final de la apelación será crucial no solo para los involucrados directamente, sino también para el fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas dentro de las instituciones del Estado. En medio de este proceso, la sociedad civil espera que se tomen medidas contundentes para hacer frente a la violencia y la impunidad que han marcado la historia reciente del país.