Tokio (EFE).- Sanae Takaichi, del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón, hizo historia este martes al convertirse en la primera mujer en ser nombrada primera ministra del país asiático. La votación en el Parlamento japonés culminó con su victoria, obteniendo 237 de los 465 votos disponibles, cuatro más de los necesarios para asegurar el cargo. Takaichi dejó atrás a su competidor más cercano, el líder de la oposición Yoshihiko Noda, quien logró 149 votos. Este hito en la política japonesa fue anunciado por el portavoz de la Cámara Baja, Fukushiro Nukaga, generando una oleada de entusiasmo en el hemiciclo.
La elección de Takaichi se vio facilitada por un acuerdo estratégico con el opositor Partido de la Innovación de Japón (Ishin), lo que le permitió consolidar su apoyo antes de la votación. Este convenio fue fundamental, dado que la oposición se ha mostrado fragmentada y sin un candidato único capaz de desafiar la hegemonía del PLD. El secretario general del PLD, Shunichi Suzuki, destacó que es crucial abordar urgentemente las preocupaciones del pueblo japonés, especialmente en relación a los flujos económicos y el aumento de precios que afecta a la sociedad.
A pesar del caracter histórico de su elección, el gabinete recién formado por Takaichi solo incluye a dos mujeres, en contraste con su promesa de alcanzar una representación similar a la de los países nórdicos. Satsuki Katayama, quien estará al frente del ministerio de Finanzas, será la primera mujer en ocupar este puesto crítico. Katayama tomará las riendas en un momento delicado para la economía japonesa, que está sufriendo las consecuencias de una inflación persistente y un yen en declive frente al dólar. La otra infraestructura ministerial que incluye a mujeres es la cartera de Seguridad Económica, liderada por Kimi Onoda.
El ascenso de Takaichi se enmarca en un contexto de cambios significativos en el liderazgo del PLD y la política nipona. Su predecesor, Shigeru Ishiba, dimitió tras una serie de malas elecciones que llevaron al partido a perder la mayoría en las dos cámaras del Parlamento. Su salida impulsó unas primarias en el PLD, donde Takaichi, representante del ala más conservadora del partido, emergió como líder después de una reñida segunda ronda. El cambio de liderazgo propicia un nuevo capítulo en la política japonesa mientras el país se enfrenta a retos económicos y sociales.
A medida que Takaichi asume su cargo como primera ministra, el tono de su mandato parece estar influenciado por la necesidad de abordar cuestiones políticas tanto internas como externas. Tras su elección, enfatizó la importancia de un gabinete eficaz y comprometido con la ciudadanía, destacando que resolver los problemas actuales es una prioridad. La nueva primera ministra se prepara para recibir desafíos significativos mientras sus críticos observan de cerca su capacidad para fusionar la tradición política con las expectativas de progreso en la representación de género y políticas públicas.



















