La administración del expresidente Donald Trump ha tomado la drástica decisión de revocar el estatus de «parole humanitario» que beneficiaba a más de 530,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Este anuncio fue realizado el 21 de marzo, y la medida entrará en vigor el próximo 24 de abril. La eliminación del parole representa un cambio estructural en las políticas migratorias de Estados Unidos, las cuales habían sido más flexibles bajo la administración de Joe Biden, que estableció el programa como un intento de mitigar la migración irregular.
El «parole humanitario» implementado por Biden permitía la entrada legal y la permanencia de migrantes en Estados Unidos por un periodo de hasta dos años. Sin embargo, al revocar este estatus, se plantea un escenario complejo para miles de familias que ahora enfrentan la incertidumbre de su futuro en el país. La suspensión del programa deja a muchos en la cuerda floja, con el riesgo inminente de deportación si no logran obtener otra forma de estatus legal, como el asilo o el Estatus de Protección Temporal (TPS).
El Registro Federal estará publicando un aviso el 25 de marzo que brinda detalles sobre el programa conocido como CHNV, destinado a las «personas afectadas» por esta decisión. Este programa permitirá que los migrantes que temporalmente se encontraban bajo el parole puedan salir del país antes de que expiren sus autorizaciones de entrada. Sin embargo, la precipitación de esta medida ha generado alarma entre los defensores de los derechos humanos, quienes denuncian que la decisión coloca a grupos vulnerables en una situación de riesgo.
Organizaciones de abogados de inmigración y defensores de los derechos de los migrantes han manifestado su preocupación, argumentando que esta política no solo afecta a personas que intentan mejorar su calidad de vida, sino que también es un ataque directo a aquellos que llegaron a Estados Unidos de manera legal. Esta revocación no representa solo un regreso a políticas más restrictivas; también está despojando a personas que cumplieron con los requisitos legales de su sustento y seguridad, lo que contradice el espíritu de acogida que ha caracterizado a Estados Unidos durante décadas.
Los opositores a esta medida han mostrado su intención de impugnarla en los tribunales, lo que podría abrir una nueva batalla legal en el ámbito de la política migratoria. La revocación del parole de migrantes cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos es vista como un movimiento que exacerba la crisis de inmigración en el hemisferio, y genera un clima de desesperación e inseguridad para cientos de miles de personas que buscan algo tan básico como la estabilidad y la protección.