Decorar la habitación puede ser una tarea fácil para adultos, ya que comprando unas simples cosas se puede lograr el objetivo. Sin embargo, adornar el dormitorio de los más pequeños es otra cosa. La clave es encontrar la esencia de los niños.
Todos los seres humanos tienen personalidades distintas y gustos diferentes. Son esas particularidades las que hacen de cada uno un ser especial capaz de transmitir ideas distintas. Eso mismo ocurre con las habitaciones, las cuales deben ser capaces de transmitir la esencia de quien las habita.
Al momento de decorar, uno de los sitios más complicados es el dormitorio de los más pequeños del hogar. Cuando llegue el momento hay que siempre estar al tanto de lo que ellos piensen y deseen. Lo más importante es captar qué tipo de hijo se tiene.
Recién nacidos y niños hasta 3 años
La decoración de interiores en las habitaciones de niños parte fácil. Cuando son pequeños bebés el espacio requerido para sus cosas es menor. Lo ideal es que aparte de la cuna, haya unos pocos muebles en donde guardar su ropa y juguetes. Lo ideal es que los muebles vayan creciendo a tamaño y cantidad a medida que ellos crecen.
Los colores recomendados para este periodo son los pasteles, como el celeste o el rosa claro. Lo ideal es que las cortinas sigan el mismo patrón de colores y sean delgadas para que entre más luz al cuarto. Para ello, las cortinas romanas son una buena opción.
Generalmente cuando empiezan a hablar, pueden manifestar sus gustos, los cuales en un principio suelen ser bastante simples como los dinosaurios, princesas, animales o estrellas. Pegatinas para las paredes y lámparas con esos motivos son fáciles de conseguir.
Desde los 4 hasta los 8 años
Durante esta etapa los niños ya suelen tener gran parte de sus gustos definidos de mejor forma que en la anterior. Si recordamos a Andy de Toy Story, sus gusto por los vaqueros o guardianes espaciales se notaba mucho en su cuarto.
Es por eso, que hay que estar muy atento a los gustos personales de cada hijo. No obstante, lo que es común a todos son los colores y muebles a utilizar. En estas edades son recomendables los colores vivos para paredes, cortinas y tapices.
En el caso de los muebles, esta es una etapa en donde se almacenan muchas cosas, por lo que hay que adquirir cajas en donde guardar juguetes, libros y ropa. En el mercado hay varias alternativas modernas e incluso temáticas.
Desde los 9 a los 14 años
Quizás es la etapa de mayor cambio en los pequeños, ya que pasan por la temible etapa de la pubertad, en donde se convierten de niños a adolescentes. Durante este periodo los hijos comienzan a interesarse por otro tipo de cosas fuera de los juguetes, por lo que los muebles tienen que cambiar. Estantes y libreros pueden comenzar a abundar.
En cuanto a los colores y temáticas a ocupar, lo recomendable es seguir con colores que entreguen vida al lugar. Quizás las calcomanías y papeles decomurales ya no tengan tanto éxito como antes. Esta es una etapa en donde requieren de mayo privacidad, por lo que una cortina de tipo blackout sea la mejor opción.
De los 15 en adelante
Lo más importante aquí es tener una buena comunicación con ellos. Es en esta etapa en donde se vuelven adultos, por lo que en cuanto a gustos ya comienzan a diferenciarse de los demás. Aconsejar en cuanto a eso no aplica, ya que aquí son capaces de adoptar estilos más bien definidos y más adultos.