El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en una conferencia de prensa llevada a cabo en el Despacho Oval, que las recientes operaciones militares en el Caribe orientadas a combatir el narcotráfico vinculado a Venezuela representan un esfuerzo mucho más ambicioso que una simple estrategia de presión contra Nicolás Maduro. Trump dejó claro que estas acciones no solo buscan desacreditar al régimen chavista, sino que están fundamentadas en preocupaciones más serias sobre el envío de drogas y criminales a territorio estadounidense. «Esto no es una campaña de presión. Es mucho más grande que eso», afirmó el mandatario, dejando entrever la posibilidad de un endurecimiento de las acciones militares en la región.
Durante sus declaraciones, Trump expuso con contundencia la preocupación de su administración por el impacto del narcotráfico proveniente de Venezuela en Estados Unidos. Aseguró que el régimen de Maduro ha estado vaciando sus prisiones y enviando a criminales peligrosos hacia el norte. «Venezuela nos envía drogas, nos envía gente que no deberían estar enviando», dijo, resaltando que estos incluyen asesinos y traficantes de drogas. Las críticas de Trump también se dirigieron a anteriores administraciones estadounidenses, a las que culpó de permitir que se deteriorara la situación actual y de no haber tomado medidas más contundentes en el pasado.
En lo que respecta a las operaciones militares concretas, Trump manifestó que el alcance de estas actividades podría extenderse a tierra firme, informando que su administración tiene un conocimiento detallado de las rutas y lugares donde se produce el narcotráfico. «Conocemos todas las rutas. Conocemos todas las casas. Sabemos dónde fabrican esta porquería», dijo el presidente, lo que deja entrever un posible aumento en la actividad militar en el área. Esta situación se enmarca dentro de un contexto más amplio de bombardeos contra narcolanchas que han resultado en numerosas bajas, sugiriendo una intensificación de la campaña militar estadounidense contra el narcotráfico en la región caribeña.
El despliegue militar en el Caribe incluye un notable número de activos militares, como el portaaviones USS Gerald R. Ford, además de múltiples buques de guerra y un submarino nuclear, así como el uso de cazas F-35, lo que representa un incremento significativo respecto a las operaciones antinarcóticos habituales. Esta estrategia no solo está destinada a desmantelar las redes criminales que operan desde Venezuela, sino también a enviar un mensaje claro al régimen de Maduro sobre la determinación de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en la región. Esta presión se acompaña de recompensas millonarias por información que conduzca a la captura de altos funcionarios del régimen chavista, entre ellos Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Las afirmaciones de Trump no solo reflejan una postura militarista, sino que también acentúan las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela. Mientras que el gobierno estadounidense intensifica sus esfuerzos para desmantelar lo que considera redes criminales vinculadas al chavismo, el régimen de Maduro ha negado todas las acusaciones y señalado que se trata de una agresión inaceptable. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de esta situación, con temores sobre las repercusiones que un mantenimiento de estas operaciones militares en la región podría tener, tanto para la estabilidad de Venezuela como para la seguridad en el Caribe.



















