La segunda fase de la Operación Tormenta ha comenzado en Jamaica con un enfoque decidido hacia la erradicación de la violencia y la criminalidad en el área de Saint James. Este despliegue de la Fuerza de Policía de Jamaica tiene como objetivo desmantelar trece bandas criminales que han estado operando con impunidad, generando inseguridad entre los ciudadanos. A través de una serie de operativos estratégicos, las autoridades buscan restablecer la paz y la seguridad en las comunidades más afectadas por estas organizaciones delictivas.
Las autoridades han destacado que esta operación no sólo busca la detención de los miembros de estas bandas, sino que también se enfoca en desarmarlas, lo que implica una investigación exhaustiva para localizar sus recursos y establecer la magnitud de su influencia en la región. El uso de inteligencia policial será crucial en esta fase, ya que la identificación de los puntos de concentración de estas bandas permitirá a los efectivos ejecutar intervenciones más eficaces y oportunas.
El superintendente de policía a cargo de la operación ha enfatizado que, aunque se anticipa un incremento en la actividad policial y las intervenciones en las comunidades, la seguridad de los ciudadanos respetuosos de la ley es una prioridad. Las fuerzas del orden están comprometidas a actuar solamente contra aquellos involucrados en actividades criminales, buscando así minimizar el impacto en la vida diaria de la población inocente. Las autoridades han instado a los residentes a colaborar con información que pueda ser vital para la seguridad de su comunidad.
En este contexto, el gobierno ha hecho un llamado a la cooperación ciudadana, solicitando a quienes posean información sobre las bandas criminales que se comuniquen con la policía. Se espera que esta colaboración ayude a construir un ambiente más seguro y a enfrentar de manera efectiva a la criminalidad organizada que azota a la región. La participación activa de los ciudadanos es fundamental para asegurar el éxito de la Operación Tormenta y restaurar la confianza en las instituciones de seguridad.
Por otra parte, las autoridades han advertido que cualquier resistencia durante las detenciones será manejada con firmeza. En un mensaje claro, la Policía de Jamaica ha confirmado que no tolerará acciones que pongan en riesgo la seguridad de sus agentes ni la de la comunidad durante estas intervenciones. La fase de este operativo es vista como una oportunidad para cambiar la narrativa de violencia en Saint James y avanzar hacia un futuro más pacífico para todos sus residentes.