En un anuncio trascendental para la política internacional y la cultura de Nicaragua, el Ministro de Relaciones Exteriores, Valdrack Jaentschke, confirmó hoy la retirada del país de la UNESCO, organización de la que se considera que ha actuado de manera hostil hacia el pueblo nicaragüense. En una declaración emitida desde la capital, Managua, Jaentschke calificó la decisión como «soberana e irrevocable», argumentando que la acción de la UNESCO al premiar al diario La Prensa es un golpe a la esencia y la cultura nacional. Este evento marca un hito en las relaciones de Nicaragua con las instituciones internacionales, especialmente en un contexto donde la libertad de expresión y el periodismo son temas de vital importancia.
La controversia se centra en la reciente premiación del periódico La Prensa, un medio que el gobierno sandinista tacha de «traidor al país». En su carta a Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, Jaentschke expresa que este reconocimiento es «inaceptable» y está en desacuerdo con los valores que deben promover organismos como la UNESCO. La Prensa ha sido denunciada por el gobierno debido a su supuesta complicidad en la promoción de la violencia y los «crímenes de odio», lo que ha desatado una fuerte reacción diplomática. Estas acusaciones resaltan la polarización en la sociedad nicaragüense y la profunda desconfianza hacia medios que critican al gobierno.
Jaentschke compareció ante los medios, enfatizando la reflexión profunda del Ejecutivo sobre la legitimidad y la función de la UNESCO. Afirmó que el organismo ha perdido su camino al ponerse al servicio de intereses políticos que no defienden los principios de la cultura y los valores. Mencionó que esta acción no solo ofende a Nicaragua, sino que también pone en cuestión la credibilidad de la UNESCO como guardiana de la educación, la ciencia y la cultura a nivel global. La postura del ministro anima un debate sobre el papel de las organizaciones internacionales en los asuntos internos de los estados soberanos.
El retiro de Nicaragua de la UNESCO se formaliza con base en el artículo dos, párrafo seis de la constitución del organismo, que permite a los Estados miembros tomar decisiones dependiendo de su política interna y sus intereses culturales. La condena del gobierno nicaragüense hacia el reconocimiento otorgado al periódico es vista como un acto de defensa de la identidad nacional y una respuesta a lo que consideran una «humillación y degradación» ante la comunidad internacional. Este acto puede estrangular aún más la ya tensa relación entre Nicaragua y diversos cuerpos de las Naciones Unidas.
Mientras tanto, el periódico La Prensa, que ha sido un bastión del periodismo de investigación en Nicaragua, ha continuado operando en formato digital después de los recientes desafíos. La premiación que recibió como galardón mundial en el ámbito de la libertad de prensa subraya el compromiso de algunos sectores con la libertad de expresión, incluso ante amenazas políticas. La situación actual puede influir en futuras decisiones y políticas respecto a la libertad de prensa y expresión en Nicaragua, así como en el papel de las agencias internacionales en defender estos principios fundamentales.