Jamaica se prepara con urgencia para el impacto del huracán Melissa, que ha sido catalogado como un fenómeno de gran fuerza debido a su categoría 5, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos. A primeras horas del lunes, Melissa desató vientos que superan los 280 km/h, lo que ha llevado al gobierno jamaicano a emitir órdenes de evacuación en las áreas más vulnerables, incluyendo Kingston, su capital. Con la tormenta ya causando estragos, informes han confirmado la trágica pérdida de tres vidas en Jamaica, así como en Haití y la República Dominicana, donde se han registrado cuatro muertes adicionales. La intensidad de Melissa la convierte en la tormenta más potente del año, alarmando a autoridades y residentes por igual.
La potente formación de Melissa se debe a varios factores climáticos que han coincidido, como destaca la meteoróloga Sarah Keith-Lucas de la BBC. En primer lugar, las aguas del Caribe occidental se encuentran notablemente más cálidas de lo habitual, con temperaturas alcanzando los 30°C, entre dos y tres grados por encima de lo que se espera para esta época del año. Estas aguas cálidas son ideales para alimentar huracanes, proporcionando la energía necesaria para su desarrollo. Este fenómeno de calentamiento puede estar asociado a patrones climáticos más amplios, como el cambio climático, que contribuyen a la formación de tormentas más intensas.
Otro factor crucial en la potencia de Melissa es la ausencia de cizalladura del viento. Este fenómeno ocurre cuando no hay un cambio significativo en la velocidad o dirección del viento a diferentes altitudes, permitiendo que el huracán se mantenga estable y continúe creciendo sin ser desintegrado. En la actualidad, Melissa ha podido fortalecerse sin la interferencia que normalmente debilitaría otras tormentas. La combinación de estos elementos ha llevado a que este huracán no solo alcance una categoría preocupante, sino que también se mantenga en esa categoría durante un periodo prolongado.
El movimiento lento de Melissa también es un factor determinante en la devastación que puede causar. Con velocidades de desplazamiento inferiores a 6,4 km/h, el huracán se estaciona sobre áreas específicas, generando lluvias torrenciales y vientos destructivos que, en condiciones normalizadas, se dispersarían más rápidamente. Este fenómeno podría resultar en una acumulación de agua significativa, aumentando el riesgo de inundaciones catastróficas, lo que ya ha comenzado a afectar a diversas zonas de Jamaica, donde algunas áreas ya enfrentan inundaciones severas.
A medida que Jamaica y la región caribeña se preparan para los efectos destructivos del huracán Melissa, las autoridades están trabajando en la realizada evacuación y medidas de seguridad. A pesar de los esfuerzos realizados, la situación sigue siendo crítica, y se espera que las condiciones climáticas se deterioren aún más a medida que Melissa continúe su trayectoria. La comunidad internacional observaba atentamente, preocupada por el impacto que este huracán puede tener en la región, mientras se reitera la importancia de la preparación y el monitoreo constante en la lucha contra estos fenómenos meteorológicos extremos.



















