El presidente Gustavo Petro ha designado al general de la policía en retiro, Humberto Guatibonza, como nuevo jefe de Seguridad del país, en reemplazo del actual ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien se prepara para dejar su cargo como militar activo. Esta decisión llega en un contexto de revisión y ajuste en las políticas de seguridad del gobierno, buscando fortalecer la confianza de la población y mejorar la imagen institucional de las fuerzas armadas. Guatibonza, con una carrera marcada por diversas responsabilidades en la Policía Nacional, comenzará de inmediato un proceso de empalme para asegurar la continuidad de la gestión en su nueva función.
La elección de Humberto Guatibonza no está exenta de controversia, ya que recientemente fue declarado inocente de tres delitos relacionados con un escándalo de chuzadas ilegales que dio de qué hablar en 2018. En este caso, varias personalidades políticas y civiles fueron objeto de interceptaciones indebidas, generando fuertes críticas sobre la transparencia y el respeto a la privacidad en el manejo de inteligencia y seguridad. La justificación de su nombramiento se sostiene en su larga trayectoria profesional y su capacidad para abordar la problemática de seguridad actual.
La Fiscalía había sostenido que una red de exoficiales del Ejército y una exfuncionaria del Ministerio de Telecomunicaciones habían creado un sistema de interceptación. Sin embargo, en resoluciones recientes, un juez ha determinado que no existen pruebas sólidas para vincular a Guatibonza con estos actos delictivos, calificando a las acusaciones de la Fiscalía como «profundamente imprecisas y abstractas». Esta decisión judicial podría facilitar una imagen más positiva del general en su nuevo rol, aunque también podría generar un debate sobre la utilización de acusaciones sin fundamento en el contexto político.
La asunción de Humberto Guatibonza se produce en un momento crucial para el gobierno de Gustavo Petro, que enfrenta desafíos significativos en el ámbito de la seguridad ciudadana y la lucha contra el crimen organizado. La administración actual ha promovido cambios en la política de seguridad, apostando por una estrategia más integral que integre los enfoques de prevención y atención a las causas profundas de la violencia. Guatibonza, al frente de esta responsabilidad, deberá demostrar capacidad para alinear estas políticas con los requerimientos urgentes de la población.
En este nuevo desafío, el general Guatibonza tiene la responsabilidad de consolidar no solo la seguridad pública, sino también de fortalecer las relaciones entre la ciudadanía y las fuerzas del orden. El éxito en su gestión dependerá de su habilidad para formar un equipo comprometido y de llevar a cabo una estrategia transparente que genere confianza y evite caer de nuevo en los escándalos que previamente empañaron su imagen. La tarea no será fácil, pero la expectativa es alta entre los sectores que consideran vital un enfoque renovado en la seguridad del país.