Corinto, Cauca, ha sido escenario de un nuevo episodio de violencia que ha dejado a la población en estado de alerta tras un ataque armado relacionado con las disidencias de las Farc. Este hostigamiento, que tuvo lugar en la tarde del martes, se dirigió contra la estación de Policía de la localidad y dejó como resultado una mujer civil herida, lo que ha aumentado el clima de temor entre los residentes de la vereda Barranco. La incursión armada, atribuida a miembros de la estructura «Dagoberto Ramos», provocó una respuesta inmediata de las autoridades, quienes condenaron este acto de agresión y reafirmaron su compromiso con la seguridad de los ciudadanos.
El ataque fue llevado a cabo mediante rafagas de fusil y el uso de artefactos explosivos, señales claras de la intensidad del conflicto que aún persiste en la región. La mujer herida fue trasladada de urgencia al hospital ESE Norte 2, donde se encuentra en proceso de recuperación. Este tipo de episodios no solo afecta la seguridad física de los ciudadanos, sino que también impacta su bienestar emocional, sumiendo a la comunidad en un ciclo de pánico y desconfianza hacia la estabilidad que deberían ofrecer las instituciones del Estado.
En respuesta al ataque, la Tercera División del Ejército Nacional, junto a la Policía Nacional, implementó un operativo para recuperar el control de la zona. Las autoridades informaron que la ofensiva guerrillera duró cerca de una hora, pero afortunadamente no se reportaron bajas entre los uniformados que defendían la estación de Policía. Según el Ejército, se están llevando a cabo patrullajes en el área para prevenir nuevos ataques, al tiempo que se asegura a la población que su seguridad sigue siendo una prioridad.
La situación en el norte del Cauca ha sido crítica, ya que el grupo disidente Dagoberto Ramos ha intensificado sus actividades violentas en los últimos meses, especialmente en localidades como Corinto, Toribío, Miranda y Caloto. Los habitantes de estas comunidades han sido víctimas de múltiples ataques, que no solo van dirigidos a la fuerza pública, sino también a líderes sociales, extorsiones y amenazas. La reaparición de la violencia disidente ha reavivado los miedos en una población que, a pesar de los esfuerzos estatales por recuperar el orden, todavía enfrenta la amenaza constante de grupos al margen de la ley.
Este reciente episodio de hostigamiento ha generado un llamado urgente a las autoridades locales y departamentales, quienes exigen acciones más contundentes para salvaguardar a la población civil. La inestabilidad provocada por estos ataques pone en evidencia la necesidad de un enfoque más integral y efectivo que no solo incluya la militarización, sino que también aborde las raíces sociales y económicas que alimentan la violencia en el Cauca. Con la esperanza de un futuro más pacífico, los ciudadanos de Corinto continúan esperando respuestas del gobierno, demandando así una vida libre de miedo ante el espectro de la violencia.