La Fundación Alejandra Vélez Mejía, comprometida con el apoyo a niños diagnosticados con cáncer y sus familias, ha anunciado la apertura de una nueva sede en la ciudad de Manizales. Esta institución, que lleva el nombre de la hija de la benefactora Isabelita Mejía de Vélez, se ubicará en la carrera 27 N°49-72 y tiene como objetivo principal ofrecer un entorno que brinde cuidado, recursos y amor a los pequeños luchadores afectados por esta enfermedad, así como a sus familiares en la región de Caldas y centro del país. Este nuevo espacio representa un paso significativo en el compromiso de la fundación por expandir su alcance y apoyo a quienes más lo necesitan.
La historia de la Fundación Alejandra Vélez Mejía es profundamente conmovedora. Fue fundada por Isabelita Mejía de Vélez en 1993, un año después de la muerte de su hija Alejandra, quien falleció a causa del cáncer el 17 de octubre de 1992. Motivada por la convicción de que ningún niño debería enfrentar el cáncer sin un apoyo integral, Isabelita ha llevado a cabo un trabajo incansable para ayudar a otros que se encuentran en situaciones similares. Su labor ha permitido no solo la atención a los pacientes, sino también la sensibilización de la comunidad sobre la importancia de brindar apoyo a las familias afectadas.
Los servicios que ofrece la fundación son variados y están diseñados para atender las diferentes necesidades de los niños con cáncer y sus familias. Entre ellos se incluyen la orientación psicosocial, el acompañamiento emocional a niños diagnosticados, así como asistencia económica para tratamientos médicos. Además, la fundación realiza programas de sensibilización comunitaria para educar sobre el cáncer y su impacto en la vida de las familias. Estos esfuerzos son cruciales para crear un entorno de apoyo y comprensión, que puede hacer una gran diferencia en la vida de los pequeños pacientes.
Gloria Cecilia Betancourt, actual directora de la fundación, ha destacado la importancia de esta nueva sede en Manizales. Según Betancourt, la casa atenderá a pacientes remitidos de diversas partes del suroccidente del país, lo que evidencia la necesidad de extender estos servicios a más niños que enfrentan esta dura batalla. “Nuestros recursos provienen de las actividades que realizamos y de la solidaridad de los manizaleños, así como de los empresarios y de las personas que desean colaborar”, afirmó Betancourt en un reciente comunicado. Esta invitación refleja la importancia de la participación comunitaria en la continuidad de la labor de la fundación.
La fundación lanza un llamado a la solidaridad en todo Colombia, instando a todos a “poner sus ojos en esta institución que acoge a los niños”. Betancourt enfatiza que con la ayuda de mil manos solidarias, se podrá continuar con la noble tarea de defender la vida y brindar apoyo a aquellos que más lo necesitan. Este nuevo capítulo en la historia de la Fundación Alejandra Vélez Mejía es un recordatorio del poder de la compasión y el compromiso de una comunidad unida para transformar vidas y ofrecer esperanza en momentos de dificultad.