Colombia se encuentra en una situación crítica ante el avance de la fiebre amarilla, ya que este lunes 21 de abril entrará en vigor un decreto que declara la emergencia sanitaria en el país. Esta medida se anunció luego de que el viceministro de Salud Pública, Jaime Urrego, confirmara el aumento de contagios, que han alcanzado 79 casos confirmados desde el inicio de 2024 hasta la fecha. De estos, 36 han resultado fatales, lo que ha generado preocupación entre las autoridades y la población. La emergencia, según Urrego, se centra en acciones preventivas más que en restricciones, destacando la urgencia de contener la propagación del virus.
El brote se ha concentrado principalmente en el departamento del Tolima, donde los casos han proliferado y se han reportado infecciones en primates, lo que indica una propagación preocupante. A partir de esta emergencia, se establecerán medidas nacionales que apuntan a mejorar la respuesta frente a la enfermedad, evitando que el virus se extienda a otras regiones del país. Antes de la Semana Santa, se había formado un Puesto de Mando Unificado (PMU) con más de 1.000 participantes en todo el territorio colombiano, mostrando que el gobierno ya estaba anticipando la necesidad de una respuesta robusta al riesgo sanitario.
Las cifras son alarmantes y revelan el alcance del problema: 79 casos reportados y 36 muertes, impactando en mayor medida a los departamentos de Tolima, Huila, Cauca, Nariño, Putumayo, Caldas, Meta, Vaupés y Caquetá. Especialmente preocupante es la aparición del virus en áreas no tradicionalmente afectadas, como Caldas, lo que sugiere que el virus podría estar expandiéndose más allá de sus límites históricos. Esta situación ha llevado a los expertos a cuestionar si el cambio climático, que eleva las temperaturas y favorece la propagación de mosquitos, juega un papel crucial en esta crisis sanitaria.
El viceministro Urrego ha enfatizado que, a pesar de la gravedad de la situación, las nuevas medidas no implicarán confinamientos o restricciones de movilidad, sino que se enfocarán en fortalecer las campañas de prevención y vacunación. Históricamente, la fiebre amarilla ha sido una enfermedad prevenible mediante la inmunización, pero se ha observado una disminución en la cobertura de vacunación, especialmente entre las personas nacidas antes de 2002. Esta laguna en la inmunización puede haber contribuido al aumento de casos en el país.
La familia de medidas que se anunciarán oficialmente el lunes 21 de abril será clave para mitigar el impacto de la fiebre amarilla en la salud pública. Con el objetivo de proteger a la población en riesgo, el Ministerio de Salud se prepara para implementar acciones urgentes que aborden tanto la vacunación como la información y educación de la comunidad sobre la enfermedad. Es fundamental que la población esté alerta y siga las recomendaciones de salud pública para evitar la expansión de este virus mortal.