Las Fuerzas Armadas de Colombia llevaron a cabo una exitosa operación en Tibú, Norte de Santander, donde desmantelaron un importante depósito de explosivos perteneciente al Ejército de Liberación Nacional (ELN). La intervención, realizada por el Comando contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (Conat), fue crucial para fortalecer la seguridad en una región históricamente marcada por la violencia guerrillera. Las autoridades informaron que el arsenal hallado incluye un amplio stock de armas y municiones que podían haber sido utilizados en ataques contra la población civil y las tropas del Ejército.
El control del depósito, ubicado en la vereda Km 28, puso al descubierto un notable nivel de preparación y logística por parte del ELN, que sigue operando en el Catatumbo a pesar de los esfuerzos del gobierno por desmantelar sus estructuras. La incautación de ocho artefactos de lanzamiento parabólico, 64 granadas tipo tatuco en PVC, 20 detonadores eléctricos y casi 5.000 cartuchos de munición destaca la amenaza que representa este grupo armado para la estabilidad de la zona. Además, el material incautado incluía dos canecas de pólvora y cuatro rollos de cable dúplex, fundamentales para la fabricación de explosivos.
Las autoridades militar y policial recalcaron que la acción representa un golpe significativo contra el frente Luis Enrique León Guerra del ELN, que no solo responde a la presión militar en la región, sino que también busca restringir el uso de explosivos en acciones delictivas. «La Operación Catatumbo sigue en marcha con el propósito de neutralizar los factores que fomentan la violencia en la región», señaló un portavoz del Ejército Nacional. La operación es parte de una estrategia más amplia destinada a mejorar la seguridad en áreas donde la actividad criminal se ha intensificado.
El Catatumbo se ha convertido en un campo de batalla entre los grupos armados ilegales, en particular el ELN y las disidencias de las Farc. Recientemente, se ha evidenciado una escalada en las hostilidades, como lo demuestra un alarmante ataque con drones cargados de explosivos, registrado en un video de inteligencia, muestran la creciente complejidad de los conflictos en la zona. Este tipo de ataques no solo pone en riesgo a las fuerzas de seguridad, sino también a las comunidades locales, que enfrentan la amenaza constante de la violencia.
Ante esta situación crítica, los líderes comunitarios de Catatumbo han manifestado su preocupación. Tras la llegada del presidente Gustavo Petro al poder, han expresado sentirse «perseguidos por confiar en la paz total», subrayando que la violencia no ha cesado. Los líderes locales reclaman mayor protección y atención por parte del gobierno, temiendo que en medio de las disputas entre grupos armados, sus vidas y las de sus familias sigan corriendo un grave riesgo. La respuesta del gobierno y su capacidad para brindar seguridad en estas comunidades se convierte en un tema central en el debate sobre la paz en Colombia.