Este miércoles, Colombia y el mundo se unieron para conmemorar el Día Internacional de las Manos Rojas, una fecha que busca crear conciencia sobre el reclutamiento forzado de niños en zonas de conflicto. Esta iniciativa simboliza la lucha contra una problemática que afecta a miles de menores en diversos países, particularmente aquellos sumidos en guerras. La fecha es significativa, ya que marca el aniversario de la entrada en vigor, en 2002, del Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece obligaciones para los estados en la protección de los menores en situaciones de vulnerabilidad.
Como parte de las conmemoraciones, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) organizó diversas actividades en todo el país, destacando el acto 12 X 12 en la Plaza de Bolívar. Este evento reunió a niños beneficiarios de programas de protección, quienes enviaron un fuerte mensaje a los grupos armados, condenando el reclutamiento y el uso de menores en conflictos armados. Con sus voces, estos niños expresaron su deseo de un futuro libre de violencia, donde sus sueños no sean destruidos por la guerra.
La directora general del ICBF, Astrid Cáceres, participó en la conmemoración desde Ocaña, Norte de Santander. En su intervención, hizo un llamado a la sociedad civil y a las instituciones para que se unan en la lucha contra el reclutamiento infantil. «Es fundamental que los actores armados detengan el uso de niños y adolescentes en la guerra. Espero que aquellos que han sido vinculados puedan desvincularse y comenzar una nueva vida llena de oportunidades», afirmó con firmeza la funcionaria.
Cáceres también destacó los esfuerzos del ICBF en el proceso de desmovilización, mencionando que actualmente hay al menos 340 niños en programas de desvinculación en todo el país, y 24 de ellos se encuentran en proceso de reintegración tras la emergencia en Catatumbo. La directora hizo un llamado a los niños que aún están en conflicto a acercarse a las instituciones públicas, asegurando que están en la obligación de protegerlos y brindarles asistencia.
Además de las actividades centralizadas, se llevó a cabo un ‘Abrazatón’ en todas las sedes del ICBF a nivel nacional, donde niños y adolescentes expresaron su rechazo al uso de menores en la guerra. Durante este evento, Cáceres también informó sobre el retorno de algunas familias a sus hogares en Catatumbo y la continuidad de los comedores infantiles. Aunque reconoció las grandes necesidades de la población, enfatizó la importancia de la ayuda humanitaria y la expectativa de un pacto que proponga soluciones estructurales a largo plazo en la región.