Kabul, 13 de marzo (Prensa Latina) – La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Afganistán ha reportado un trágico saldo de 80 personas fallecidas a raíz de las intensas lluvias y las posteriores inundaciones que han afectado el país en el último mes. Además, más de 100 personas resultaron heridas debido a estos desastres naturales, lo que ha llevado a preocupar a las autoridades y organizaciones humanitarias sobre la grave situación en la nación. Las provincias más afectadas han sido las que históricamente sufren de condiciones climáticas severas y la falta de infraestructura adecuada para gestionar tales emergencias.
El portavoz de la Autoridad Nacional, Janan Saiq, destacó que las estadísticas sobre las víctimas fatales y las personas heridas son desgarradoras. La entidad también reportó la destrucción de más de 1,800 viviendas, lo cual deja a numerosas familias sin un lugar donde refugiarse. Esto resalta la necesidad urgente de mejorar la planificación urbana y rural en Afganistán para hacer frente a los efectos devastadores del clima extremo. La capacidad de respuesta por parte del gobierno se considera insuficiente, lo que aumenta la vulnerabilidad de la población ante futuros desastres.
Los daños económicos también son significativos, ya que se contabilizó la pérdida de 1,217 hectáreas de tierras agrícolas, poniendo en riesgo la subsistencia de miles de agricultores. Esto es especialmente crítico en un país donde la mayoría de la población depende de la agricultura para su sustento. A medida que las comunidades luchan por recuperarse de la pérdida de sus cultivos, los líderes locales han hecho un llamado a la acción inmediata para ayudar a quienes han sufrido pérdidas devastadoras en su capacidad de producción.
En respuesta a la crisis, la Cámara de Agricultura y Ganadería ha instado al gobierno y a instituciones financieras a ofrecer ayuda a las provincias afectadas. Mirwais Haji Zada, primer diputado de la Cámara, enfatizó la importancia de un análisis completo de los daños y la necesidad de compensación para los agricultores afectados. La falta de apoyo financiero no sólo pone en riesgo su economía, sino que también afecta la seguridad alimentaria del país en su conjunto.
La situación en Afganistán enfatiza la necesidad de una estrategia integral que incluya prevención y mitigación de desastres naturales. Con un enfoque en la resiliencia agrícola, es crucial que se implementen medidas para fortalecer el sistema agrícola del país y promover mejores prácticas de gestión de recursos. A medida que el país enfrenta el desafío de estas tragedias naturales, el apoyo internacional y la colaboración entre las distintas instituciones son fundamentales para ayudar a las comunidades a recuperarse y prepararse para futuros desastres.