Islamabad ha confirmado recientemente la deportación de más de 13,000 afganos en situación irregular en un solo día, un evento que ha captado la atención de la comunidad internacional. La noticia fue divulgada por varias fuentes de prensa del país, que destacan que este es un aumento significativo en comparación con deportaciones anteriores. Este movimiento responde a las políticas más estrictas del gobierno pakistaní hacia los migrantes afganos, un tema que ha estado en la agenda tras el cambio de régimen en Afganistán y la posterior crisis humanitaria que afecta a la nación vecina.
Según informes de Radio Pakistán, se estima que actualmente hay cerca de 948,870 afganos viviendo de manera irregular en Pakistán. Las autoridades, en un esfuerzo por controlar esta situación, han implementado medidas de registro en Waziristán del Sur, donde se ha dado un plazo de cinco días para que los migrantes indocumentados se registren en las comisarías locales. Este registro, según los funcionarios, busca no solo identificar a los migrantes, sino también mejorar la seguridad y el orden público en la región.
Asif Bahadur, jefe de la Policía de Waziristán del Sur, enfatizó la importancia de este registro en una entrevista con Dawn News Agency. Explicó que tener un control sobre la identidad de los migrantes es fundamental para garantizar la seguridad regional. Bahadur instó a los afganos a acudir a los centros policiales con los documentos necesarios para regularizar su situación. Además, advirtió que el incumplimiento de esta normativa podría acarrear serias consecuencias legales, lo que pone de relieve la presión sobre la comunidad migrante.
La situación ha sido objeto de preocupación desde que el plazo para el regreso voluntario de afganos expiro el 31 de marzo. La Comisión de los talibanes para abordar problemas migratorios informó que, solo el sábado, Pakistán deportó a 6,543 afganos a través de los puntos fronterizos de Spin Boldak y Torkham. Este incremento en las deportaciones subraya la urgencia de la situación y el desafío al que se enfrentan muchos afganos que buscan estabilidad y un futuro mejor fuera de su país.
La deportación masiva de afganos ha generado un debate sobre las responsabilidades de los países vecinos y la comunidad internacional en la gestión de la crisis migratoria. Mientras Pakistán busca una solución a la gran población de migrantes afganos en su territorio, organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el tratamiento de estos deportados y por la seguridad de aquellos que son enviados de regreso a un entorno que sigue siendo inestable y peligroso. El desarrollo de esta situación es un recordatorio de la complejidad de las dinámicas migratorias en la región.