Las autoridades colombianas lograron una significativa incautación de casi tres toneladas de cocaína en las aguas del Pacífico central, destacándose la operación conjunta entre la Armada Nacional y el Comando Sur de Estados Unidos. Este despliegue resultó en la captura de una lancha rápida tipo «go fast» que transportaba alrededor de 2.8 toneladas de clorhidrato de cocaína, distribuidas en 93 bultos. Esta intervención, además de la sustancia prohibida, permitió también la confiscación de 700 galones de combustible y equipos de comunicación y navegación, elementos clave para la logística del narcotráfico en la región.
En total, tres personas —un colombiano y dos ecuatorianos— fueron detenidas durante la operación, según informaron las autoridades navales. La Armada estima que el valor de la droga incautada superaría los 133 millones de dólares en el mercado internacional, lo que podría traducirse en aproximadamente 6.9 millones de dosis. Este éxito operativo se inscribe en un contexto donde la lucha contra el narcotráfico se ha intensificado en Colombia, particularmente en la costa pacífica, que se ha convertido en un punto estratégico para el tráfico de cocaína hacia América Central y Norteamérica.
El presidente Gustavo Petro celebró el operativo y expresó su satisfacción por haber logrado la incautación «sin un solo muerto», en consonancia con su política de reducir el uso de la fuerza letal en las operaciones antidrogas. En un post en la red social X, Petro reivindicó la efectividad de la Armada y condenó el uso de misiles y fuerza desproporcionada en estas acciones, marcando una clara distancia de estrategias anteriores. El mandatario insistió en que el enfrentamiento al narcotráfico debe mantenerse dentro del marco del derecho internacional y proteger la vida de los civiles.
En una acción contundente contra las organizaciones criminales, el gobierno colombiano ha decidido suspender la participación de las Fuerzas Militares en operaciones internacionales que impliquen el uso de armas de alto poder. Esta decisión a raíz de la operación reciente podría cambiar el enfoque del combate al narcotráfico, priorizando intervenciones que minimicen el riesgo para la población civil. La estrategia del presidente Petro busca una combate más humanitario y menos violento al narcotráfico, generando un debate sobre el futuro de la política de seguridad en Colombia.
La reciente incautación de casi tres toneladas de cocaína es un golpe severo al narcotráfico marítimo en Colombia, donde las organizaciones criminales han comenzado a utilizar embarcaciones rápidas y semisumergibles para evadir la vigilancia en el mar. Este tipo de operaciones no solo representan desafíos para las autoridades, sino que además ponen de relieve la creciente sofisticación de los métodos empleados por los grupos narcotraficantes. La Armada, a través de estas acciones, refuerza su compromiso en la lucha contra el tráfico de drogas, intentando debilitar la infraestructura que sostiene este delito en la región.



















