El Caso Petro ha tomado un giro inesperado y sensacionalista en el Congreso colombiano, ya que un grupo de congresistas ha optado por visibilizar sus demandas usando máscaras de «Papá Pitufo». Esta estrategia no solo ha capturado la atención de los medios de comunicación, sino que también busca presionar a la Comisión de Acusaciones para que avance de manera más efectiva en las investigaciones relacionadas con presuntas irregularidades en la financiación de la campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022. La peculiar elección de las máscaras, ligadas a la figura del criminal Diego Marín, alias Papá Pitufo, reflejó la gravedad y la urgencia que los legisladores sienten respecto a este caso.
El representante del Centro Democrático, José Jaime Uscátegui, manifestó que la aparición de los enmascarados en la Audiencia Pública tenía como objetivo que la presidencia de la Comisión de Acusaciones respondiera sobre la falta de progreso en la investigación. Uscátegui denunció que el proceso por el juicio político a Petro había estado estancado, razón por la cual decidió utilizar esta inusual táctica en un intento por atraer la atención mediatizada hacia el asunto. Con carteles que exigían un «Juicio político ya», los congresistas visibilizaron su inquietud ante las demoras que han afectado la credibilidad del proceso.
Si bien se había convenido que la Comisión de Acusaciones tomaría una decisión sobre el caso antes de la finalización de las sesiones ordinarias del Congreso en junio, un nuevo acontecimiento ha puesto en riesgo dicho cronograma. Un grupo de representantes petristas reclamó que su nueva recusación había provocado la suspensión de las investigaciones, lo que ha generado aún más tensión entre los diferentes bloques políticos dentro del Congreso. Esto ha llevado a una atmósfera de incertidumbre, donde la urgencia por esclarecer los financiamientos ilegales se convierte en el centro de un debate político más amplio.
Además de la movilización en el Congreso, los enmascarados anunciaron que la próxima semana buscarán someter al nuevo ministro del Interior, Armando Benedetti, a un debate de moción de censura, argumentando varias faltas graves en su gestión. La situación del ministro, quien ha sido objeto de críticas desde su nombramiento, se vuelve cada vez más compleja, dada la creciente presión ejercida por sectores opositores que buscan accountability y transparencia en el gobierno actual.
El nombre de «Papá Pitufo» ha cobrado notoriedad no solo por su relación con el posible financiamiento ilícito a la campaña de Petro, sino también por su oscuro pasado criminal. Marín, actualmente bajo detención en Portugal, ha sido un personaje central en un imperio criminal que se ha beneficiado de actividades de contrabando en Colombia durante décadas. Los detalles de su organización revelan un cuidado operativo a gran escala y una complicidad institucional que ha levantado alarmas sobre la corrupción dentro de las fuerzas del orden colombiano. La próxima atención hacia este caso podría llevar a más revelaciones que impacten el panorama político y social en el país.