A pesar de las numerosas amenazas naturales que enfrenta Colombia, tales como inundaciones y derrumbes, la situación del Cuerpo de Bomberos en el país se presenta como alarmante. Durante un reciente debate en la plenaria de la Cámara de Representantes, se expuso que 341 municipios carecen de un servicio de bomberos, lo que agrava la vulnerabilidad de estas comunidades ante desastres. Esta situación fue resaltada por el representante liberal de Caldas, Octavio Cardona, quien criticó abiertamente la gestión del Ministerio del Interior y la Dirección Nacional de Bomberos por su ineficacia en la atención a estas necesidades urgentes.
El representante Cardona subrayó la importancia de contar con cuerpos de bomberos funcionarios y bien equipados, especialmente en localidades como Soledad en Atlántico, Cumbal en Nariño y Natagaima en Tolima, donde los rescatistas han visto interrumpidas sus labores por la falta de recursos necesarios. Este argumento no solo resalta la carencia de infraestructura, sino que también pone de manifiesto la desatención de las autoridades competentes hacia la seguridad y el bienestar de la población.
Durante su participación, Cardona dirigió duras críticas hacia la Dirección Nacional de Bomberos, cuestionando la falta de convenios y financiamiento que ha llevado a los bomberos a entrar en paro. «¿Y el Cuerpo de Bomberos?», se preguntó el congresista, reflejando la frustración que siente por la ausencia de apoyo gubernamental en momentos críticos. Su planteamiento resuena en el contexto de una crisis más amplia que involucra la necesidad de que las instituciones estatales prioricen la gestión de emergencias y la prevención de desastres.
La problemática de la falta de convenios se vuelve aún más grave al considerar la situación en Caldas, donde de los 27 municipios existentes, 20 no han concretado acuerdos con el Cuerpo de Bomberos en lo que va del 2025. Este déficit en la formalización de las relaciones entre el gobierno local y el servicio de bomberos no solo afecta la capacidad de respuesta ante emergencias, sino que también impone un significativo riesgo a la vida e integridad de miles de ciudadanos que habitan en estas áreas vulnerables.
El debate en la Cámara de Representantes refleja una denuncia crítica que debe ser atendida de manera inmediata por las autoridades competentes. La falta de recursos y el abandono de los cuerpos de bomberos no solo limitan su capacidad operativa, sino que amplifican el sufrimiento de comunidades enteras que se ven constantemente amenazadas por los desastres naturales. La intervención del gobierno es urgente para asegurar que cada rincón de Colombia cuente con el apoyo y la protección necesarios para enfrentar los desafíos que la naturaleza impone.