La Habana, 19 de abril (Prensa Latina) – El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, hizo una contundente denuncia en su cuenta oficial de la red social X sobre los bombardeos llevados a cabo por Estados Unidos contra la infraestructura civil en Yemen. La declaración se suma a una creciente preocupación internacional sobre el impacto humanitario de estas acciones militares, que han dejado devastadoras secuelas en la población yemení, que ya enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.
Rodríguez subrayó que las acciones de Washington no solo implican el uso de la fuerza militar, sino que también están acompañadas de medidas coercitivas unilaterales que agravan la difícil situación en la que se encuentra Yemen. Estas medidas, según el canciller cubano, son inaceptables y deben ser condenadas enérgicamente, ya que contribuyen a la inestabilidad en una región que ya enfrenta múltiples conflictos y desafíos.
En las últimas semanas, la situación se ha intensificado tras los ataques aéreos del Pentágono, que han causado numerosas muertes y heridos, incluso entre la población civil. Apenas un día antes de su denuncia, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) emitió un comunicado advertiendo que la alianza entre EE. UU. e Israel constituye un «enemigo directo» para los pueblos árabes y exige unidad y resistencia ante este ataque coordinado contra sus naciones.
El Ministro de Relaciones Exteriores cubano también condenó las recientes incursiones aéreas estadounidenses en el puerto petrolero de Ras Isa, un punto estratégico en el oeste de Yemen. Estas acciones no solo amenazan la infraestructura económica de Yemén, sino que además agravan la precariedad de los servicios básicos y humanitarios que ya se han visto severely afectados por años de conflicto y bloqueo internacional.
Finalmente, Rodríguez hizo un llamado al pueblo estadounidense a reconocer el sufrimiento que se causa en su nombre y a rechazar enérgicamente las «horribles masacres» que se están llevando a cabo en Yemen. Esta exhortación, según el canciller, es crucial para fomentar un debate interno en los Estados Unidos sobre la verdadera naturaleza de su política exterior y su responsabilidad en las crisis humanitarias que se viven en el mundo.