La violencia en Colombia ha escalado nuevamente, llevando a la muerte de dos policías en un solo día, elevando la preocupación sobre la seguridad pública en varias regiones del país. Este trágico suceso tuvo lugar el 26 de abril de 2025, donde los ataques coordinados por grupos armados ilegales, especialmente el Clan del Golfo, han dejado a sus víctimas entre los cuerpos de seguridad. Este flagelo se vuelve más alarmante ante la confirmación del Ministerio de Defensa, que ha advertido sobre un plan «pistola» en contra de la Fuerza Pública, ofreciendo recompensas sustanciales para dar con los responsables.
El primer ataque se registró en el municipio de Suárez, Cauca, donde el patrullero Víctor Manuel Sánchez Zapata fue abatido por un francotirador al servicio de las disidencias conocido como Iván Mordisco. La Policía Nacional ha expresado su profunda condena hacia este acto criminal, resaltando el compromiso y sacrificio del patrullero en defensa de su nación. El lamentable incidente fue grabado por ciudadanos, quienes documentaron la desesperación de sus compañeros al tratar de ayudarlo tras recibir el disparo, resaltando la valentía con la que los policías desempeñan su labor diaria.
En un segundo ataque en el departamento de Córdoba, varios policías fueron emboscados cuando se dirigían a las honras fúnebres de su compañero asesinado días atrás en Ciénaga de Oro. Este ataque resultó en la muerte del patrullero Christiam Juvenal Mora Parra y dejó a otros tres oficiales gravemente heridos. La Policía ha manifestado su solidaridad con las familias de las víctimas y se ha comprometido a llevar a los culpables ante la justicia, implementando un equipo especial de investigación que busca dar con los responsables del violento ataque.
Este patrón de violencia se ha intensificado debido a un aparente efecto dominó tras la muerte de José Miguel Demoya Hernández, alias “Chirimoya”, quien era uno de los líderes del Clan del Golfo. El operativo que resultó en su muerte el pasado 5 de abril en La Apartada, Córdoba, ha motivado a este grupo criminal a emprender una retaliación violenta, evidenciada en estos recientes atentados. La respuesta de las autoridades ha sido firme, con el general Carlos Triana ofreciendo recompensas contundentes para recabar información que facilite la captura de los agresores.
La situación se complica en medio de un clima de creciente inseguridad y violencia en ciertas regiones de Colombia. La comunidad y la policía se enfrentan a la justicia de estos grupos armados, quienes muestran una respuesta violenta ante las medidas adoptadas por el gobierno. Sin embargo, la Policía Nacional reitera su compromiso de actuar con determinación y con la colaboración de la ciudadanía para desmantelar estas organizaciones criminales que amenazan la paz y la seguridad de los colombianos.