La comunidad de Chocontá, en Cundinamarca, sigue sumida en un profundo luto tras el asesinato de Emily Villalba, una joven de tan solo 15 años. Su cuerpo fue encontrado en una zona boscosa del municipio en condiciones alarmantes, con claros signos de violencia. La noticia ha sacudido la tranquilidad de la localidad, provocando una ola de indignación y dolor entre los vecinos, quienes se han unido para exigir justicia. La madre de Emily, Yuliana Vergara, ha sido el rostro del sufrimiento de una familia que ha perdido a su única hija en circunstancias atroces.
Después de que Emily fue reportada como desaparecida tras salir de una cita odontológica, las autoridades iniciaron rápidamente una búsqueda. Fue en este contexto que su cuerpo fue hallado, dejando al descubierto el horror que había sufrido. El coronel Andrés Serna, comandante del Departamento de Policía de Cundinamarca, confirmó que se encontraron heridas en el cuello de Emily, lo que sugiere un ataque brutal. La respuesta inmediata de los familiares y la policía refleja la gravedad de la situación que ha estremecido a la comunidad.
La madre de Emily, Yuliana, ha expresado su desesperación y anhelo de justicia en una conmovedora entrevista con Noticias Caracol. «Tengo mi corazón destrozado, esto ha sido muy duro para mí, perder a mi única niña. Necesito que la ley opere y que le caiga todo el peso de la ley a este maldito que le hizo daño a mi niña», suplicó. Estas emotivas palabras han resonado con fuerza en la opinión pública, donde muchos claman por un cambio en el sistema de justicia y por la protección de los jóvenes frente a la violencia.
El principal sospechoso del asesinato de Emily, Marco Antonio Parra Rodríguez, fue capturado en una operación de las autoridades en Facatativá. Con un historial criminal que incluye homicidios y hurtos, su implicación en este caso ha aumentado la preocupación de los ciudadanos acerca de la seguridad en la región. Parra Rodríguez, que aparentemente tenía una relación cercana con la familia de Emily, parece haber aprovechado esa confianza para perpetrar el crimen. Este caso plantea preguntas inquietantes sobre la vigilancia y la seguridad que deben existir en la comunidad.
Las investigaciones han revelado varias pruebas que apuntan a la culpabilidad de Parra Rodríguez en el asesinato. Fuentes cercanas al caso indican que un teléfono celular, perteneciente al sospechoso, fue encontrado en la escena del crimen, actuando como una pieza clave para las autoridades. Además, testigos confirmaron haber visto a Emily junto a él horas antes de su desaparición, lo que ha reforzado las pruebas en su contra. Mientras se desarrolla el proceso judicial, la familia Villalba y la comunidad en general demandan respuestas y acciones efectivas que aseguren que se haga justicia por la trágica pérdida de una vida tan joven.