El expresidente Álvaro Uribe Vélez se presentó nuevamente este viernes ante los juzgados de Paloquemao en Bogotá, marcando el tercer día consecutivo de su cita judicial donde rinde testimonio en el proceso que avanza en su contra por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal. Durante las sesiones anteriores, Uribe dejó claro que rechaza las acusaciones que lo involucran en la supuesta manipulación de testimonios de miembros de grupos paramilitares, afirmando que en su lugar, ha sido víctima de un complot orquestado por su predecesor, Juan Manuel Santos, a quien le atribuye la intención de desacreditarlo a través de la judicialización de su imagen.
Al ser interrogado sobre su relación con Rodrigo Lara, actual senador y colaborador en sus campañas presidenciales, Uribe destacó el vínculo que sostuvieron en el Congreso, enfatizando que Lara también ha manifestado dudas sobre la veracidad de las pruebas presentadas en su contra. «Lo que me dijo Rodrigo es que había mucha falta de verdad en todo lo que se ha dicho», recordó Uribe, al tiempo que mencionó una reunión tensa en la que se presentó un acta que, según él, contenía múltiples falsedades, particularmente relacionadas con las acusaciones sobre la reunión con «El Tuso» Sierra.
Durante su intervención, el expresidente también apuntó a inconsistencias en las actas de las reuniones que han sido presentadas como evidencia en su juicio. Uribe subrayó que en uno de esos documentos se menciona a Juan Manuel Santos mientras que en otro se omite su nombre, sugiriendo que estas discrepancias evidencian traiciones por parte del exmandatario. «Pasó de ser un defensor de la seguridad democrática al gran asociado de Iván Cepeda y el proceso con las Farc», argumentó Uribe, quien no dudó en dirigirse directamente al senador Cepeda durante sus declaraciones.
En otro momento de su declaración, Uribe habló sobre su relación con Piedad Córdoba, una senadora fallecida que participó en la visita a «El Tuso» Sierra. El expresidente describió su trato como fluctuante, entre sombras y luces. Recordó que Córdoba le llevó una corbata como regalo y se esforzó por reafirmar que en la reunión discutida no se tocó su caso ni se hablaron de beneficios. «Preferí ser amable con ella en esa ocasión», manifestó Uribe, reiterando la complejidad de las relaciones políticas en su trayectoria.
Finalmente, Álvaro Uribe enfatizó que la impunidad continúa en su caso, señalando que la Corte Suprema de Justicia no ha atendido testimonios que podrían ser cruciales para su defensa, como el del propio Juan Carlos Sierra. Reiteró su percepción de ser usado políticamente por enemigos, lo cual considera que ha influido en la dirección del proceso judicial en su contra. Uribe se mantiene firme en su defensa, cuestionando las decisiones tomadas en el juicio y resaltando la falta de oportunidades que ha tenido para demostrar su inocencia en medio del escándalo que lo rodea.