En un comunicado emitido por el régimen de Nicolás Maduro, se denunció este sábado que un destructor estadounidense, el USS Jason Dunham, habría retenido de manera irregular un barco pesquero venezolano en aguas de la Zona Económica Exclusiva del país. Según la declaración, el buque «Carmen Rosa», tripulado por nueve pescadores, fue abordado y ocupado durante ocho horas por dieciocho militares armados del destructor estadounidense, una acción calificada por el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano como una «provocación directa» y un uso excesivo de la fuerza militar.
La situación se agrava, ya que Estados Unidos ha intensificado sus operaciones en el Caribe sur, desplegando recientemente ocho buques para hacer frente al narcotráfico internacional. Esta decisión ha incrementado las tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas, con Venezuela afirmando que sus aguas territoriales están siendo vulneradas por las actividades de la marina estadounidense. El episodio con el buque pesquero ha sido enmarcado por el régimen chavista como parte de una estrategia de hostigamiento por parte de Estados Unidos, que, a su juicio, busca socavar la soberanía nacional.
El “Carmen Rosa”, según el comunicado oficial, navegaba a 48 millas náuticas al noreste de la isla La Blanquilla cuando fue interceptado. La captura del pesquero se suma a una serie de incidentes que han tensado aún más las relaciones entre ambos países, especialmente después de los recientes anuncios de la administración de Donald Trump, quien ha señalado a Nicolás Maduro como líder de una organización criminal dedicada al narcotráfico, ofreciendo una recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve a su captura.
El Gobierno venezolano ha reaccionado enérgicamente ante estos hechos, señalando que la intervención del buque estadounidense constituye un acto de agresión que pone en riesgo la tranquilidad y la seguridad en la región del Caribe. La respuesta de Caracas podría incluir acciones de protesta en foros internacionales y una mayor movilización de sus fuerzas navales para resguardar la soberanía sobre sus aguas territoriales. Mientras tanto, analistas advierten que las tensiones en el área podrían desembocar en un mayor conflicto, teniendo en cuenta la cantidad de recursos y estrategias que Estados Unidos está dispuesto a implementar en su lucha contra el narcotráfico.
A medida que la crisis política y económica en Venezuela se intensifica, también lo hace la retórica y la confrontación entre el país y Estados Unidos. El régimen de Maduro, que ha enfrentado severas sanciones y aislamiento internacional, parece estar utilizando estos incidentes marítimos como un medio para fortalecer su narrativa antiimperialista y consolidar su apoyo interno, mientras que simultáneamente busca la atención de la comunidad internacional en defensa de su soberanía.



















