El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue detenido de manera preventiva este sábado tras un alarmante intento de alterar su tobillera electrónica, con el cual se pretendía facilitar su fuga en medio de una manifestación que contaba con la presencia de sus seguidores outside su domicilio. La Corte Suprema confirmó la noticia, destacando que el magistrado Alexandre de Moraes dictó la orden de traslado inmediato a instalaciones policiales después de que se registrara una violación del dispositivo de monitoreo a las 00:08 hora local. Este evento ha generado un escalofrío en las autoridades, dado el contexto de inestabilidad política que atraviesa el país desde la pérdida de Bolsonaro en las elecciones de 2022.
El juez de Moraes hizo hincapié en que la aglomeración de simpatizantes frente a la casa del exmandatario, organizada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, representaba un riesgo considerable que podría perturbar el orden público. Tal concentración, a su juicio, buscaba interferir en la fiscalización de la detención domiciliaria que Bolsonaro había estado cumpliendo desde el 4 de agosto por múltiples incumplimientos de medidas cautelares. De Moraes expresó su preocupación ante las posibles acciones de quienes lo apoyan, sugiriendo que la movilización podría facilitar un intento de evasión.
Las autoridades muestran particular inquietud considerando los antecedentes de huídas en su círculo cercano, donde varios aliados de Bolsonaro han logrado salir del país. Entre ellos figuran su hijo Eduardo Bolsonaro, y el exdirector de Inteligencia, Alexandre Ramagem, quien abandonó Brasil de manera clandestina hacia Estados Unidos. Esta cadena de fugas ha alimentado un ambiente de ansiedad entre las entidades gubernamentales, que ahora ven con una mirada vigilante y preocupante la situación de Bolsonaro, en especial ante el riesgo de que el exmandatario intente seguir el mismo camino.
Este contexto de detención preventiva se da en medio de una condena histórica: el 11 de septiembre, Bolsonaro fue sentenciado a 27 años de prisión por liderar un intento de golpe de estado. A pesar de que la ejecución de la pena no ha comenzado formalmente, luego de que se rechacen los primeros recursos de apelación, las autoridades han considerado necesario tomar medidas drásticas. La fecha de inicio de la sentencia se prevé para las siguientes semanas, lo que ha catalizado las acciones preventivas por parte de la Policía Federal.
El objetivo de la detención preventiva es claro: garantizar la estabilidad del proceso judicial y prevenir cualquier intento de fuga del exmandatario. La Policía Federal, abogando por el mantenimiento del orden público, ha subrayado la urgencia de actuar con celeridad. En este sentido, el temor a que Bolsonaro pudiera aprovechar el apoyo de sus seguidores para evadir la justicia se ha vuelto un aspecto central del debate público, mientras Brasil sigue de cerca los acontecimientos que rodean a uno de los líderes más controversiales de su historia reciente.


















