Una impactante investigación del Ministerio Público de Río de Janeiro ha revelado los brutales métodos de tortura y castigo que se aplican en las zonas controladas por el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil. Con un enfoque particular en las favelas cariocas, el informe del Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado (Gaeco) menciona que los líderes de la facción imponen sanciones a sus propios miembros así como a los residentes locales, utilizando el miedo como herramienta de control. Las horripilantes sanciones incluyen actos como mujeres sumergidas en hielo y hombres arrastrados por las calles, en ocasiones filmando los abusos para maximizar el terror en la comunidad.
El documento, que ha sido ampliamente cubierto por medios como O Globo y BBC, expone la existencia de «tribunales del tráfico», donde los jefes de la organización deciden castigos sin ninguna injerencia estatal. Estos espacios, lejos de la justicia formal, son utilizados para ejecutar severas sanciones físicas y humillaciones a presuntos infractores de las estrictas normas de la banda. Un caso documentado relata cómo una mujer fue sumergida en una bañera de hielo por ser considerada «conflictiva en fiestas», revelando la naturaleza arbitraria y cruel de estos castigos.
Otra de las grabaciones presentada en el informe muestra un aterrador escenario donde un hombre atado y amordazado es arrastrado por un vehículo hasta caer inconsciente mientras suplica por su vida. La cadena de comando dentro del Comando Vermelho es de especial interés para las autoridades, ya que identifica a Edgar Alves Andrade, conocido como «Doca», como el principal responsable, mientras que Juan Breno Malta Ramos Rodrigues, apodado «BMW», lidera un grupo que ejecuta las sanciones. En algunos casos, se ha reportado que «BMW» supervisaba los castigos por videollamada, un método que subraya la brutalidad y el autoritarismo dentro de la organización.
La investigación también señala a Fagner Campos Marinho, alias «Bafo», como uno de los principales perpetradores de las golpizas documentadas. En una de las grabaciones, se le observa golpeando a una víctima ensangrentada mientras pregunta de manera amenazante: «¿Quieres morir?». Las autoridades subrayan que este tipo de actos forman parte de un sistema que busca reforzar la autoridad de los líderes de la facción y mantener el orden a través del terror. Tales prácticas persisten como un mecanismo de control social que abarca tanto el tráfico de drogas como la imposición de normas de convivencia en dominios como los complejos del Alemão y de la Penha.
Por último, el documento destaca que los hallazgos obtenidos a través de videos, testimonios y otros registros serán cruciales para accionar penalmente contra aquellos responsables, tanto a nivel operativo como dentro de la jerarquía criminal. Sin embargo, el Ministerio Público ha advertido sobre las dificultades de operar en favelas donde el Comando Vermelho ejerce un control férreo y limita la presencia de las autoridades. El informe también establece conexiones entre la facción y un reciente caso de triple homicidio de médicos en Barra da Tijuca, un ataque basado en una confusión de identidad. La conclusión es clara: el régimen de castigos violentos se mantiene como una herramienta fundamental para el control interno y externo del Comando Vermelho, un fenómeno criminal que perpetúa su dominio a través del miedo y la impunidad.



















