Nicolás Maduro ha lanzado un fuerte reproche contra el senador estadounidense Marco Rubio y la denominada «mafia de Miami», acusándolos de querer llevar al presidente Donald Trump a una guerra contra Suramérica. Durante su intervención en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Maduro advirtió que estas acciones pueden «manchar de sangre el apellido Trump» y uva que se han intensificado las amenazas militares de Estados Unidos contra Venezuela. Resaltó que la presencia de buques de guerra y un submarino nuclear de la Armada estadounidense, que se encuentran apuntando hacia las costas venezolanas, representan la mayor amenaza militar que la región ha enfrentado en su historia reciente.
El mandatario venezolano se mostró alarmado por la reciente movilización militar estadounidense en la región, señalando que los ocho buques de guerra y el submarino nuclear alineados contra Venezuela constituyen una «máxima presión» militar. En este sentido, Maduro se declaró en máxima preparación para hacer frente a esta amenaza, enfatizando que Venezuela no se quedará de brazos cruzados ante la provocación. A su vez, Maduro ha denunciado que tanto Rubio como el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, están comprometidos con una agenda que pone en peligro la paz en América Latina, vinculando a Noboa con el tráfico de drogas y con la mafia albanesa, lo que, según él, compromete la dignidad de su pueblo.
A lo largo de su intervención, Maduro también hizo un llamado a la comunidad internacional, exigiendo el respeto al tratado de Tlatelolco, que establece a América Latina y el Caribe como una zona libre de armas nucleares. Criticó la hipocresía de Estados Unidos en relación con estos compromisos, al tiempo que instó a todas las naciones del continente a unirse en oposición a las amenazas de guerra. «Amenazar a Venezuela es amenazar al continente entero», aseveró, subrayando la importancia de la unidad en la región para hacer frente a las injerencias externas.
Además de las amenazas militares, Maduro expresó su preocupación por las conexiones que vinculan a la administración de Rubio con el crimen organizado en la región, haciendo referencia a la situación del narcotráfico en Ecuador y la implicación de Noboa. Aludiendo a informes de la Unión Europea y de la ONUDD, aseguró que el gobierno de Noboa representa los intereses de una mafia que no tiene en cuenta la soberanía de su país. Esta narrativa contribuye a la visión de Maduro sobre una conspiración regional orquestada desde Estados Unidos para mantener dominación sobre América Latina.
Finalmente, Maduro no omite reconocer el apoyo del pueblo estadounidense y del Caribe en su lucha por la paz y la integridad territorial. Reflexionó sobre la creciente resistencia ante la militarización impuesta por su gobierno y la necesidad de reafirmar el compromiso por una América Latina unida y en paz. También reiteró que, en caso de ser agredido, Venezuela se defenderá armadamente, lo que implicaría un retorno a la lucha armada para proteger su soberanía y garantizar el desarrollo de su nación, enfatizando su firme postura frente a cualquier intento desestabilizador.



















