El presidente Nicolás Maduro ha confirmado un drástico despliegue de 4,5 millones de milicianos en Venezuela, en respuesta a las recientes acciones de Estados Unidos, que ha comenzado a movilizar una fuerza antinarcóticos en el Caribe. Estas medidas por parte de la administración estadounidense incluyen la elevación de la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, algo que el mandatario venezolano considera una amenaza directa a la soberanía nacional. Durante un acto en Caracas, Maduro afirmó que su gobierno activará todos los mecanismos de defensa necesarios para proteger al país de cualquier intervención externa.
La milicia venezolana, que cuenta con aproximadamente 5 millones de reservistas según cifras oficiales, fue concebida por el expresidente Hugo Chávez y forma parte de los cinco componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Maduro ha instado a la activación de estas fuerzas, destacando la importancia de preparar a los milicianos para posibles conflictos. El presidente subrayó su intención de avanzar en el plan de activación de milicias campesinas y obreras, con el objetivo de involucrar a los trabajadores en la defensa de la nación.
Durante sus declaraciones, Maduro enfatizó la necesidad de armamento para las milicias, exclamando: «¡Fusiles y misiles para la fuerza campesina!». Esta retórica resuena con su postura de resistencia ante lo que él describe como una inminente amenaza e intervención extranjera. El presidente busca unir a la clase trabajadora y a los campesinos para crear una sólida base de defensa nacional, argumentando que están siendo llamados a proteger el territorio, la soberanía y la paz de Venezuela ante los embates externos.
La historia reciente muestra que no es la primera vez que Maduro activa a la milicia en este contexto. Ha advertido en múltiples ocasiones que cualquier agresión del exterior podría llevar a Venezuela a convertirse en el «Vietnam del siglo XXI». A su vez, el mandatario ha mantenido a la Fuerza Armada en estado de alerta, especialmente después de que Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, reafirmara su posición sobre él como jefe del Cártel de los Soles, categorizándole como una amenaza para la seguridad nacional.
El aumento de la tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha llevado a Maduro a reforzar su discurso antiimperialista, centrándose en la unidad de las fuerzas patrióticas dentro del país. Al llamar a la activación de la milicia, argumenta que su gobierno está preparado para responder a cualquier intento de intervención y que la defensa de la patria es un asunto que involucra a todos los venezolanos. Este nuevo capítulo en la relación entre Estados Unidos y Venezuela podría tener repercusiones significativas tanto a nivel regional como internacional.



















