El movimiento palestino Hamas, junto a otras facciones de resistencia, ha aceptado una propuesta mediada por Egipto y Qatar para establecer un alto el fuego en Gaza. Este acuerdo, que se produce en medio de un prolongado conflicto, incluye una retirada parcial de las fuerzas israelíes hasta mil metros al norte y este de la Franja de Gaza, excepto en áreas críticas como Shuja’iyya y Beit Lahia. La modificación de los mapas de redespliegue en estas zonas añade un elemento de complejidad a la situación, pero es visto como un paso positivo hacia la desescalada, según fuentes cercanas a las negociaciones. A través de este acuerdo, ambas partes buscan mitigar el sufrimiento humano que ha caracterizado la reciente escalada de hostilidades.
En una parte crucial del acuerdo, se prevé un intercambio significativo de prisioneros. La mediación incluye la liberación de 10 prisioneros israelíes vivos a cambio de 140 palestinos condenados a cadena perpetua, 60 con penas superiores a 15 años y un total de mil 500 prisioneros que se encuentran en un estado muy crítico. Además, el pacto contempla la liberación de todos los niños y mujeres palestinos detenidos, así como un intercambio de cadáveres que establecería una proporción de 10 palestinos por cada israelí. Esta propuesta tiene la intención de fomentar un clima de confianza y facilitar los esfuerzos de reconciliación entre ambas partes.
Asimismo, el acuerdo incluye medidas urgentes de ayuda humanitaria para la población de Gaza. Entre las disposiciones se encuentra el compromiso de enviar asistencia conforme al pacto del 19 de enero de 2025, que contempla el suministro de combustible, agua, electricidad, y la rehabilitación de infraestructuras críticas como hospitales y panaderías. La distribución de esta ayuda será supervisada por la ONU, sus agencias, así como por la Media Luna Roja y diversas ONG internacionales, garantizando que los recursos lleguen a quienes más lo necesitan. Además, se plantea la apertura del cruce de Rafah en ambas direcciones, reduciendo las restricciones a la movilidad y facilitando el flujo de ayuda humanitaria.
El plan propuesto no solo implica la suspensión de las operaciones militares en la región, sino que también se prevé que esta detención de hostilidades dure 60 días. En este contexto, un funcionario egipcio señaló a Reuters que el acuerdo busca sentar las bases para un futuro diálogo más amplio y un acuerdo integral que ponga fin a la violencia en Gaza. Este proceso es vital para abordar las causas subyacentes del conflicto y para ofrecer una solución sostenible que respete los derechos de ambas partes involucradas.
Mientras las partes implicadas están de acuerdo en avanzar con este alto el fuego, la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos. Las reacciones han sido mixtas, con algunos líderes globales expresando esperanza de que este sea un paso hacia la paz duradera en la región. La implementación efectiva de lo acordado dependerá de la voluntad política de las partes y de la capacidad de los mediadores para asegurar que se cumplan los términos de este pacto humanitario. Sin embargo, el camino hacia una resolución duradera del conflicto palestino-israelí sigue siendo incierto.



















